La iniciativa privada en la modificación de condiciones funcionariales

Los contratos de dimensión internacional lo suelen ser de tracto sucesivo, lo que implica que el trabajo de índole legal (también en términos financieros, de gestión o de cumplimiento normativo), que recae sobre ellos, no finaliza con su suscripción tras el correspondiente proceso de negociación (del cual, en no pocas ocasiones, hemos hablado también en este blog). Ejemplo claro de lo que estamos diciendo lo son los acuerdos marco de compraventa internacional de mercaderías durante un determinado periodo de tiempo (compuestos de garantías, Incoterms, créditos documentarios, seguros…etc.) o los contratos que regulan un Project-finance (deuda senior, deuda subordinada, swap, coordinación de garantías) durante el devenir del proyecto en cuestión (obligaciones de comunicación, enmienda puntual por el devengo de determinados hitos…etc., por no hablar de la resolución de los conflictos, tan comunes, que puedan darse en cada momento). Todos estos negocios jurídicos requieren por tanto de su monitorización y supervisión para que el objeto de los mismos pueda ejecutarse y llegar a buen puerto. Dicho en otras palabras, una cosa es determinar el qué, el cómo y el por qué, con el clausulado que sea menester, y otra hacerle el correspondiente seguimiento para que las obligaciones y derechos que quedan regulados puedan satisfacerse debidamente, en el entendido de que el objeto de estos contratos está claramente dividido en diferentes fases, a diferencia de los acuerdos más localistas que podríamos considerar estándar. Un Interim Legal Manager es el profesional adecuado para fiscalizar el cumplimiento o devenir de este tipo de contratos, dada la vocación comercial y material que suele imbuir su actividad, alejada como sabemos de los posicionamientos doctrinales y apriorísticos que tanto pueden paralizar la ejecución de cualquier transacción comercial, por lo que sí, puede afirmarse que mejor que un abogado al uso (que por lo general no tendrá experiencia de corte internacional), un profesional legal interino, con este tipo de experiencia internacional y contratado únicamente cuando los contratos a los que nos referimos estén en ejecución, es la mejor opción.

Más en particular, y llevando la cuestión a la que nos referimos un poco más allá, se da la circunstancia de que la ejecución de este tipo de contratos requiere de una actividad integral, y de corte multidisciplinar, para la que, y por lo general, no está preparado cualquier profesional del Derecho por mucho que haya interactuado con carácter previo con procesos de contratación (todos los abogados saben de contratos, si bien, cuando incluimos la dimensión internacional de los mismos, entre otras cosas, la cosa cambia). Lo mismo sucede, más en particular, y esto es en principio algo más que notable por no decir crítico, con el hecho de dominar en mayor o menor medida los aspectos económicos de los contratos, así como su dimensión comercial (conocimiento del sector, de la contraparte, de los modismos usos y costumbres de la práctica legal internacional), lo cual no hace sino que sea imprescindible aplicar estos elementos en el devenir legal del propio contrato. La experiencia del Interim Legal Manager está diseñada, precisamente, para estos pormenores contractuales de dimensión internacional.

 

 

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