¿Cómo impugnar un traslado de centro de trabajo?

Todo el mundo, evidentemente, puede una respuesta a las preguntas que dan título a este blog, sin embargo, ¿qué es lo que hay detrás de esta cuestión?. La respuesta no es tan intuitiva como pudiera parecer. Detrás de todo proceso de internacionalización de empresas está, como no puede ser de otra manera, la búsqueda de nuevos mercados, pero también y sobre todo algo más complejo (dejando de lado la ambición) como lo es el concepto de competencia. En un mundo tan globalizado los mercados pueden quedarse pequeños, devengándose la imperiosa necesidad de expandirse para poder subsistir, o crecer (que viene a ser lo mismo). Las empresas se internacionalizan porque la competencia existe. Si prestar servicios o vender fuese fácil y no se tuviesen rivales, nadie acometería un proceso de internacionalización con todo lo que ello conlleva y la vida de empresarios y profesionales sería lo que no es, plácida, más allá del éxito que se alcance. Por tanto, podríamos definir todo proceso de internacionalización de empresas como el camino que las unidades de negocio emprenden con el objetivo de encontrar un espacio comercial que les permita seguir realizando y desarrollando aquello que constituyó su objeto social o fundacional, su actividad, sea la que sea.    

Formas de internacionalizar una empresa

Una vez que hemos identificado, de manera somera, qué es internacionalizar una empresa, vamos a detenernos en concretar en qué consisten en realidad este tipo de procesos, es decir, cómo se le da salida, desde un punto de vista material, a la necesidad de expansión a la que aludimos. La internacionalización de una empresa acarrea el hecho de transitar el sendero de la adaptación a la diversidad cultural (en el sentido más amplio de la palabra), así como a lo desconocido. Internacionalizar una empresa implica cultivar el afán por competir en un entorno que no nos es familiar, en el que no nos sentimos tan cómodos como en el propio y en el que los extraños somos nosotros. Tal y como ya tuvimos la oportunidad de anticipar en otro blog, si aquellos que anhelan internacionalizarse no son capaces de comprender esto, la expansión de la empresa ya no es que esté abocada al fracaso, es que ni siquiera merecerá la pena el que se comience a transitar el trayecto que estamos refiriendo. Esta adaptación, en todo caso, exigirá el saber qué pasos se deben dar (incluido el hecho de cuándo darlos y cómo darlos), cómo asegurar dichos pasos y, sobre todo, obtener el apoyo adecuado tanto en origen como en destino.

Todo lo anterior, en su conjunto, da lugar a la concreción de las estrategias necesarias, así como al seguimiento y la ejecución de las mismas, con el objeto de verlas culminadas en la implantación de una empresa en un país en el que las cosas no funcionan como en aquél que la vio nacer, pero en el que encontrará ese aire en términos comerciales, ese espacio vital que siempre motiva, nos pongamos como nos pongamos, la iniciativa de internacionalizar una empresa. En otros blogs publicados en esta web Vd. encontrará, si así lo desea y en particular, alusiones más concretas a estas cuestiones.

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